La deuda pública bruta equivalía cuando Néstor Kirchner asumió al 166%
de nuestro
PBI; esa misma medición da hoy
40%. De ese total, en
2003,
más del
95% correspondía a deuda con privados y organismos
multilaterales. Hoy, en cambio, la deuda neta es de sólo el
16% en
relación a nuestro
PBI. Y, si miramos -lo más importante- la deuda con
privados, esta significa apenas el
10% del producto.
Estos ratios de deuda no sólo son de los más bajos para la Argentina en
términos históricos desde que comenzó la trágica historia de la deuda
externa, sino que son de los más bajos a escala internacional. La
economía argentina ha consolidado en los últimos once años un elevado
grado de solvencia, de la mano de la férrea política de
desendeudamiento, en la inteligencia de que esa carga había significado
un importante limitante para el crecimiento, el desarrollo productivo
de la Nación y la generación de empleo.
Fuente: Télam,
Ministerio de economía